miércoles, 8 de diciembre de 2021

Los conmovedores silencios de Inma Chacón

La esencia del enigma está en la imposibilidad de descifrarlo.

La del silencio, en la capacidad de romperlo.

La de la vida...


 'Los silencios de Hugo' es la última novela de la autora zafrense Inma Chacón, a estas alturas una referencia tan consolidada de las letras españolas que cualquier presentación solo podría pecar de incompleta. 'Los silencios de Hugo' es ya una de las novedades literarias más destacas de este año, uno de esos libros que se van metiendo bajo la piel del imaginario colectivo y crecen a lomos de un impulso tan rítmico como imparable: el que marcan los corazones de sus lectores. 'Los silencios de Hugo' es un título necesario y conmovedor, un ejercicio de empatía y amor que grita desde la supuesta solidez de su silencio.


El lector que inicie el viaje de esta novela conocerá los silencios de Hugo y sus porqués, las historias complementarias de su hermana Olalla -también de su esposo, tan imperfectamente humano- y de Helena, la bella compañera de inmensa generosidad. En la travesía de sus páginas descubrirá una sucesión de tramas que se complementan con exacta certeza, y de la que yo evitaré el spoiler para invitar a la lectura. Pero, además, encontrará dos valores que únicamente se encuentran en los más grandes: una prosa de deslumbrante plasticidad, y el compromiso de Inma con sus personajes.


Olía a recuerdos de infancia, a sueños por cumplir, a campo abierto, a prados verdes, a nieve sin pisar, a montañas recién coronadas.


Inma Chacón escribe con una enorme amplitud de registros, alternando los detalles más técnicos (médicos o matemáticos) con la introspección en los sentimientos de los protagonistas, ahondando con sensibilidad en el universo interno que les habita y gobierna. En su manejo del lenguaje, la autora no solo logra adaptar el léxico a sus intenciones narrativas, sino que construye párrafos de enorme belleza, integrados por figuras deslumbrantes, y con un ritmo tan apegado al corazón de quien lee que va manteniéndole en la emoción al mismo tiempo que sostiene en vilo su inquietud lectora. Quien abre el libro disfruta del camino, con esa riqueza estilística que caracteriza las obras que se quedan para siempre en nosotros: en cada página hay fragmentos que se nos impresionan por su hermosura, reflexiones que hablan también de quienes estamos situados más allá del límite físico del libro.


Plantaré un árbol, tendré un hijo 

y escribiré la historia que te negaste a vivir.


Pero quizás el rasgo más impresionante de esta novela es la cercanía que Inma Chacón ha desarrollado con sus personajes, a quienes acompaña desde el respeto, mostrándolos en la complejidad de sus miedos y pasiones sin juzgarles, tendiéndoles la mano con empatía, caminando a su lado. El lector siente que la autora comprende a sus protagonistas, que les quiere en su humanidad, incluso aunque no comparta sus decisiones, que está implicada en lo que les sucede, en lo que sucedió fuera de la dimensión literaria, en el mundo en el que Inma recogió su inspiración y del que recibió su compromiso. Porque 'Los silencios de Hugo' es también un canto a la diversidad, un grito que busca defender a quienes, sin culpa, fueron culpabilizados, una necesaria defensa de las víctimas de esas otras pandemias silenciosas que durante mucho tiempo nos aterrorizaron y para las que los afectados carecieron de una voz tan clara, nítida y valiente como que ahora les regala Inma Chacón.


V

jueves, 24 de septiembre de 2020

Pelear el libro en tiempos de pelea




No nos dieron a elegir el escenario -nunca se nos ha dado a elegir, aunque quizás hasta ahora eso no había sido tan evidente-, y por tanto, no tenemos una vida alternativa a esta de pandemia, confinamientos, luto y miedo. No ha estado en nuestra mano diseñar la ruta, por lo que a nuestro alcance apenas reposan las opciones de carácter personal: cómo decidimos encarar un tiempo para el que no estábamos preparados, si nos plegamos a la tragedia y permitimos que nos empequeñezca, o por el contrario, nos alzamos sobre la desgracia para seguir peleando. Son tiempos de pelea, me atrevería a afirmar, dando por supuesto que una mayoría esperanzadora de nosotros no consentirá que el virus y sus consecuencias determinen sus circunstancias más allá de lo estrictamente necesario. Así lo creo, y por eso lo celebro: nos mantenemos como una especie que lucha por su dignidad; compleja, contradictoria, a veces luminosa y en otras ocasiones no tan merecedora de elogios, pero siempre dispuesta a apretar los dientes y continuar en la batalla por alcanzar el escenario de su voluntad.

Son tiempos de pelea, tal vez ya nadie lo duda, los útiles de resistencia recuperados por quienes se sirvieron de ellos previamente; perdiendo el lustre de lo nuevo en esos otros que, además, se verán obligados a aprender su manejo. La primera batalla, de apariencia superada, habrá generado las destrezas imprescindibles para el desgaste cruel de una guerra, la extrema exigencia a la que no someterán unos tiempos sombríos que no parecen dispuestos a perderse en el olvido con la liviandad de lo superfluo. Son tiempos de pelea, y de aprender a mantenerse en la pelea, de hacerse el cuerpo -y la voluntad- a los oficios de la resistencia, el esfuerzo, la solidaridad y la persistencia. Son tiempos de pelea, también para el libro, sus oficios y afinidades. Nada nos será dado con facilidad en este 2020, y aunque eso nos obligue a ser proactivos, parece claro que la satisfacción de los logros nos permitirá saborear más lo obtenido.

Tiempos de pelea para el libro, lo que quiere decir que 'Apenas Fractales' ha ido sorteando una extenuante ruta de pandemias, aplazamientos, suspensiones, encierros domiciliarios, y trabas superlativas hasta llegar a las librerías, y desde ellas (o quizás no siempre), para alcanzar las manos de sus potenciales lectores. Pero lo ha conseguido. Como yo nunca dudé que lo haría, porque un libro que ha luchado por su lugar desde 2014, imponiendo su voluntad incluso sobre la mía propia, no se iba a dejar vencer por un virus. Y son tiempos de pelea también para los lectores, no sólo exigidos por el esfuerzo activo de la lectura, sino también obligados a tomar la iniciativa para conseguir el ejemplar. 'Apenas Fractales' ya está en algunos de los lugares donde soléis ir a por las obras de vuestros autores favoritos (Casa del Libro, Amazon...), e irá llegando a las librerías de vuestra confianza en la medida en la que les solicitéis el título. Sabemos que esto es más incómodo que alcanzar el ejemplar directamente desde la estantería en la que descansa, pero como ya dije al principio de este post, no nos dieron a elegir el escenario. Vuestra inquietud lectora, 'Apenas Fractales', RIL España y yo os necesitamos en esta pelea; será imprescindible vuestro compromiso para conseguir que decaiga el muro de invisibilidad que este tiempo distópico pretende construir alrededor de esta novela. Vuestro empuje nos permitirá imponernos en esta nueva pelea del tiempo de las peleas. Estoy seguro de que lo lograremos, y de que os compensará este ejercicio de resistencia; quiero creer, además, que las historias de estos Fractales os aliviarán la espera de estos meses sombríos. Porque lo que es seguro es que saldremos de esta. 





V