miércoles, 20 de febrero de 2013

Escribir según Vila-Matas

Andaba hoy a vueltas con mis palabras, enfrascado en las de la novela que escribo y tratando de encontrar algunas más para compartir aquí con vosotros, cuando recordé este texto. Y me pareció que en él Vila-Matas (el escritor español metaliterario por excelencia) no sólo definía bien un laberinto trascendental de la literatura, sino que además me hacía el favor de entonar la voz por mí en un momento de cierta afonía. Esta pequeña joya forma parte del prólogo que escribió para el profundo, complejo y hermoso Si te comes un limón sin hacer muecas de Sergi Pàmies:

Y eso que, según has podido saber, Pamiès ha tenido la delicadeza de corregir obsesivamente y dejarlo lo más flaco posible (el libro), porque no ignora que escribir es sobre todo corregir, y sabe también que cualquier texto siempre es susceptible de ser reducido a la mitad y que hasta puede iniciarse una expedición en busca de la esencia del relato mismo. Y ha oído hablar seguramente de aquello que dijera el tímido Tito Monterroso cuando al llegarle su turno para hablar en un coloquio, paralizado por el miedo escénico, dijo "yo no escribo; yo sólo corrijo", y el público comenzó a reír y a aplaudir, y Monterroso ya no pudo decir nada más, ni mucho menos ponerse a dar explicaciones. Pero está bien claro. Ningún escritor es bueno hasta que no aprende a corregir. Aunque precisamente por eso me veo forzado a corregir la frase y precisar que tampoco está claro que corregir sea tan fácil como a primera vista pueda pensarse. Recuerdo que Delacroix solía decir que hay dos cosas que la experiencia debe aprender: la primera es que hay que corregir mucho; la segunda es que no hay que corregir demasiado.

V

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