jueves, 13 de junio de 2013

Una tarde en la Feria

Ayer fue la firma de ejemplares en la Feria del Libro de Madrid, mi debut en ese certamen al que tantas veces he acudido como lector, y un experiencia especial, casi mágica. Durante la hora que Martín, Bruno, Edna y yo nos acercamos al público, fueron bastantes los lectores que nos acompañaron; tuvimos la suerte de estar rodeados de muchos buenos amigos, a los que agradecemos su cariño incondicional y el apoyo que le han dado a "Devuélveme a las once menos cuarto" desde que salió a la luz hace más de un año; pero también conocimos a algunos nuevos, gente que ya había leído la obra, y otros que venían a por ella con ganas de empezarla cuanto antes. Todos ellos hicieron que ese 12 de junio de 2013 sea ya una fecha inolvidable en mi calendario; la de la consecución de un sueño.

Lo que sigue es una memoria gráfica de lo que sucedió ayer en el Retiro:



Lo primero es ubicarse, pasar por vez primera dentro de la caseta y cambiar por completo tu punto de vista. Hasta hace poco estabas del otro lado, ahora ves a los lectores como los autores en otras ocasiones te vieron a ti. La primera sensación es un tanto extraña; luego vas encontrando más y más cómodo.



Así es como resulta la imagen desde el otro lado. Estás haciéndote con el espacio y dispuesto para encontrarte con tus lectores; ése es uno de los privilegios más grandes que cualquier escritor puede disfrutar.



Y comienza la firma; muchos de los rostros que se acercan desde el otro lado son de gente imprescindible en tu historia personal; el escritor tiene cerca las raíces que le alimentan.



La cosa funciona y hay, incluso, quien se lleva las novelas a pares; si cundiera el ejemplo, seríamos un país mejor, más culto, tolerante, civilizado y dispuesto al diálogo.



Para terminar una tarde inolvidable, algunos papás y mamás nos traen a las futuras generaciones de lectores; quienes se crían entre libros se hacen pronto con el hábito de tenerlos cerca; crecerán más sanos y sabios. Nuestros lectores más jóvenes ayer fueron Martina y Hugo; ojalá dentro de muchos años sigamos compartiendo estas tardes de literatura en el Retiro.

Gracias a todos.

V

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