jueves, 26 de septiembre de 2013

¡¡¡¡¡DUELOS SE PUBLICA EN NOVIEMBRE!!!!!

La llegada del otoño me ha traído algunas buenas noticias, entre las que ocupa un lugar muy destacado la que hoy comparto con vosotros: Ediciones Carena publicará mi libro de relatos Duelos el próximo mes de noviembre. Como siempre pensé que sucedería, el tiempo ha venido a hacer justicia sobre una obra esencial en mi construcción como escritor, el comienzo de un camino que hoy evoluciona y se ramifica, y la pieza inaugural del universo creativo que ahora madura en la novela con cuyo final sigo peleando. Duelos es el origen de todo, ni Devuélveme a las once menos cuarto ni nada de lo posterior es comprensible sin esa colección de relatos, sin la original concepción de su estructura ni el esfuerzo, por primera vez sistemático y comprometido, gracias al que adquirí las habilidades, estrategias y recursos necesarios para llevar hasta sus últimas consecuencias el laberinto desconcertante y mágico de la ficción.

Me marché a Nueva York para escribir ese libro en 2008, con un puñado de ideas, el comienzo de alguno de los relatos, y la decisión de hacer que cada uno de ellos tuviera que batirse en duelo con otro para mostrar una visión complementaria o diferente de un mismo hecho. En el Upper East Side de esa ciudad, acumulando horas de trabajo en un pequeño apartamento y kilómetros de carrera por los caminos de Central Park, fue llegando el núcleo esencial de esa obra: Aleah, Olafur, Adhzed, Kazuo, Martín... los personajes y las tramas que muy pronto escaparán de forma definitiva de mi protección e irán a parar a vuestras manos de lectores. Fue un lapso de inspiración mágico, en el que todo parecía conjurarse para facilitarme los elementos necesarios de mi desafío literario: los protagonistas y sus historias me asaltaban durante el sueño, paseando por sus calles y museos, mientras escuchaba un concierto de jazz en el Greenwich Village... Nunca como en Manhattan he experimentado un proceso tan radicalmente transformador, íntimamente revolucionario y de una fertilidad pasmosa, desbocada; aunque sí es cierto que, ya con la técnica imprescindible bien aprendida, cada vez que piso esa ciudad germinal mi inspiración se libera de nuevo, fluye, remolonea, y encuentra las hebras de otros argumentos.



Cuatro años después de nuestro último encuentro, ando estos días revisando sus vidas, puliendo el texto y haciendo las correcciones definitivas para que el producto final merezca la confianza de los lectores. Y estoy contento con lo que me he encontrado; me gustan los personajes, sus duelos, el estilo e incluso las sorpresas que se guardan en este libro. Mientras ultimo los detalles para entregarlo a su edición -tan apasionante y vertiginosa-, creo que Duelos será un libro del agrado de quienes leyeron Devuélveme a las once menos cuarto, una obra en donde encontrarán algunas de las cosas que había en esa novela, y también otras nuevas, tal vez asombrosas; una ficción que permitirá a la pequeña comunidad de lectores que hemos formado -sin apresuramientos ni pausas- a lo largo del último año y medio renovar su compromiso con la literatura. Y será en otoño, el tiempo perfecto para un nacimiento así.

V

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