jueves, 13 de febrero de 2014

Faulkner: tan lejos, tan cerca

Hoy, en una conversación que nada tenía que ver con literatura, me vino a la cabeza una de mis citas favoritas de William Faulkner. El genial autor americano, tan lejos de nosotros en el tiempo e incluso en la epidermis de su temática, está pasmosamente cerca de muchos cuando reflexiona sobre la intensidad de la creación artística, acerca de los límites gélidos y sedosos de la búsqueda de la perfección, de ese impulso irrefrenable e incandescente que no entiende de descansos ni satisfacciones; el deseo estimulante y cruel de continuar en la búsqueda de la belleza.

El artista sigue trabajando sin descanso y volviendo a recomenzar: y cada vez cree que logrará su fin, que integrará su obra. No lo logrará, como es natural; y de ahí la razón de que este estado de ánimo sea fecundo. Si alguna vez lo consiguiera, si su obra llegara a poder equipararse con la imagen que se hizo de ella, con su sueño, sólo le restaría precipitarse desde el pináculo de esa perfección definitiva, y suicidarse

Y luego, sin venir mucho a cuento, me vino a la memoria Bitter Sweet de Bryan Ferry. Después, todo empezó a encajarse en mi interior y a revelarme su sentido final.


V

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