jueves, 24 de septiembre de 2020

Pelear el libro en tiempos de pelea




No nos dieron a elegir el escenario -nunca se nos ha dado a elegir, aunque quizás hasta ahora eso no había sido tan evidente-, y por tanto, no tenemos una vida alternativa a esta de pandemia, confinamientos, luto y miedo. No ha estado en nuestra mano diseñar la ruta, por lo que a nuestro alcance apenas reposan las opciones de carácter personal: cómo decidimos encarar un tiempo para el que no estábamos preparados, si nos plegamos a la tragedia y permitimos que nos empequeñezca, o por el contrario, nos alzamos sobre la desgracia para seguir peleando. Son tiempos de pelea, me atrevería a afirmar, dando por supuesto que una mayoría esperanzadora de nosotros no consentirá que el virus y sus consecuencias determinen sus circunstancias más allá de lo estrictamente necesario. Así lo creo, y por eso lo celebro: nos mantenemos como una especie que lucha por su dignidad; compleja, contradictoria, a veces luminosa y en otras ocasiones no tan merecedora de elogios, pero siempre dispuesta a apretar los dientes y continuar en la batalla por alcanzar el escenario de su voluntad.

Son tiempos de pelea, tal vez ya nadie lo duda, los útiles de resistencia recuperados por quienes se sirvieron de ellos previamente; perdiendo el lustre de lo nuevo en esos otros que, además, se verán obligados a aprender su manejo. La primera batalla, de apariencia superada, habrá generado las destrezas imprescindibles para el desgaste cruel de una guerra, la extrema exigencia a la que no someterán unos tiempos sombríos que no parecen dispuestos a perderse en el olvido con la liviandad de lo superfluo. Son tiempos de pelea, y de aprender a mantenerse en la pelea, de hacerse el cuerpo -y la voluntad- a los oficios de la resistencia, el esfuerzo, la solidaridad y la persistencia. Son tiempos de pelea, también para el libro, sus oficios y afinidades. Nada nos será dado con facilidad en este 2020, y aunque eso nos obligue a ser proactivos, parece claro que la satisfacción de los logros nos permitirá saborear más lo obtenido.

Tiempos de pelea para el libro, lo que quiere decir que 'Apenas Fractales' ha ido sorteando una extenuante ruta de pandemias, aplazamientos, suspensiones, encierros domiciliarios, y trabas superlativas hasta llegar a las librerías, y desde ellas (o quizás no siempre), para alcanzar las manos de sus potenciales lectores. Pero lo ha conseguido. Como yo nunca dudé que lo haría, porque un libro que ha luchado por su lugar desde 2014, imponiendo su voluntad incluso sobre la mía propia, no se iba a dejar vencer por un virus. Y son tiempos de pelea también para los lectores, no sólo exigidos por el esfuerzo activo de la lectura, sino también obligados a tomar la iniciativa para conseguir el ejemplar. 'Apenas Fractales' ya está en algunos de los lugares donde soléis ir a por las obras de vuestros autores favoritos (Casa del Libro, Amazon...), e irá llegando a las librerías de vuestra confianza en la medida en la que les solicitéis el título. Sabemos que esto es más incómodo que alcanzar el ejemplar directamente desde la estantería en la que descansa, pero como ya dije al principio de este post, no nos dieron a elegir el escenario. Vuestra inquietud lectora, 'Apenas Fractales', RIL España y yo os necesitamos en esta pelea; será imprescindible vuestro compromiso para conseguir que decaiga el muro de invisibilidad que este tiempo distópico pretende construir alrededor de esta novela. Vuestro empuje nos permitirá imponernos en esta nueva pelea del tiempo de las peleas. Estoy seguro de que lo lograremos, y de que os compensará este ejercicio de resistencia; quiero creer, además, que las historias de estos Fractales os aliviarán la espera de estos meses sombríos. Porque lo que es seguro es que saldremos de esta. 





V

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