martes, 12 de marzo de 2013

Rodriguez o el triunfo del talento

El pasado fin de semana asistí con emoción a la proyección de una copia reestrenada tras el triunfo en los Oscar de Searching for Sugar Man (mejor largo documental). Advertido por un buen amigo de la calidad de ese producto audiovisual, llegué a mi butaca lleno de curiosidad; como sucede con las grandes revelaciones, cuando se encendieron las luces, lo vivido en la oscuridad protectora de la sala había superado todas mis expectativas. Durante algo menos de una hora y media se había desplegado ante mis ojos la historia fascinante del triunfo de un talento especial, único, de una sinceridad arrebatadora, el del desconocido músico Rodríguez.

La cinta cuenta la historia de un par de surafricanos que persiguen la pista de un músico extraño e influyente en su país en los primeros años de la década de los 70; un nombre -Rodríguez-, dos discos exitosos y la leyenda de un músico a quien nunca vieron y que, según los rumores, se suicidó sobre el escenario, unos dicen que prendiéndose fuego, otros que disparándose en la sien. Un artista, eso descubren, que pasó sin pena ni gloria por el mercado de la música en Estados Unidos, a pesar de tener -y eso se aprecia desde los primeros acordes de la BSO- un raro, exquisito gusto, emparentado incluso por sus descubridores con ese otro que catapultó a la gloria mundial a Bob Dylan.




Fenomenalmente armada, la trama conduce al espectador por la pesquisa de estos dos buscadores un tanto mitómanos, abriéndonos un abanico de sorprendentes hallazgos y sirviéndonos un buen puñado de hermosas tramas aledañas a la historia principal. Propulsado por la música de este desconocido, el documental habla de la ceguera que el mundo tradicionalmente ha tenido con algunos de los genios más importantes de la literatura, la música y el arte, pero también de cómo el talento siempre termina triunfando y devolviendo a esos creadores injustamente tratados al lugar al que pertenecieron desde el origen de su inquietud creativa. Como el ánimo de este espacio de letras es el de no desvelar más claves de las imprescindibles, no iré más allá en los contenidos ni los descubrimientos de este soberbio Searching for Sugar Man; tan solo añadiré que es prácticamente imposible abandonar el cine sin llevarse el alma en los límites de su sensibilidad, espoleada, reconfortada por la vida de ese genio de Detroit, un tal Sixto Rodríguez que hizo canciones con tanta magia como este I think of you.



V

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