miércoles, 30 de enero de 2013

Me acuerdo de Brainard...

Hoy, tras una secuencia de recuerdos encadenados y de origen dudoso, en la que se mezclaban vertiginosas sensaciones en una y otra dirección, he terminado desembocando en el Me acuerdo de Joe Brainard. Y he pensado que estaría bien compartirlo con vosotros. Muchos conoceréis esta obra extraña y magnética, calificada como "maestra" por Auster en la contraportada de la edición que yo tengo ahora sobre la mesa, y tan poderosa como para generar la emulación de Georges Perec. Otros sabréis lo suficiente sobre la personalidad caleidoscópica y rompedora de Brainard; y habrá algunos que descubráis en este post la magia de este libro inclasificable. Quien me lo regaló escribió en su primera página una dedicatoria que seguía las directrices brainardianas y se organizaba en "me acuerdos"; sólo vulneraré nuestra intimidad común con éste: "Me acuerdo de tus consejos, muy buenos".


Ahora abriré diez páginas al azar y extraeré otros tantos "me acuerdos", y luego trataré de completarlos con otros diez más, estos míos, siguiendo la estela de Brainard. Si os animáis, seréis bienvenidos.

Joe Brainard:

Me acuerdo de muchos septiembres.
Me acuerdo de la dama de noche (una flor que se abre de noche).
Me acuerdo de lo mucho que intenté que me gustase Van Gogh. Y de lo mucho que acabó gustándome. Y de lo mucho que, ahora, me revienta.
Me acuerdo de los jerséis mullidos de colores pastel (angora).
Me acuerdo de arrepentirme de no haber hecho cosas.
Me acuerdo de esa pequeña sacudida que das justo antes de quedarte dormido. Como cayéndote.
Me acuerdo más de tener canicas que de jugar a las canicas.
Me acuerdo de la época en que cuanto más anchas fuesen las vueltas de los vaqueros, mejor.
Me acuerdo de que me decepcionó mucho la cosa esa de relleno gris con pequeñas motas rojas que descubrí dentro de la barriga de un viejo osito de peluche.
Me acuerdo de un sueño en el que conocía a un hombre hecho de un queso amarillo muy blando, y cuando fui a darle la mano, me quedé con todo su brazo (es el que cierra el libro) 

Vamos con los míos:
 Me acuerdo de los domingos en La Michorada, largos, llenos de aventuras. 
 Me acuerdo de mi padre, casi a diario; siempre que me sucede algo importante. 
 Me acuerdo de los sueños que todavía no he alcanzado, los recuerdo con la intención de no olvidarme jamás de perseguirlos.
 Me acuerdo de todas las ciudades en las que he estado, sin excepción.
 Me acuerdo de Nueva York rodeada por el aura mágica de las grandes transformaciones, de la clara línea que marca dos mundos definitivamente distintos.
 Me acuerdo de mis sensaciones cuando desembalé el primer ejemplar de "Devuélveme a las once menos cuarto", solo en casa; de los minutos en los que disfruté de su llegada. 
Me acuerdo de quienes alguna vez me tendieron su mano, no importa si ya nos perdimos en el tiempo o la vida desencontró nuestros caminos; yo sigo teniéndoles presentes.
Me acuerdo de las historias que contaba mi abuelo, podría repetir muchas de ellas con sus mismas palabras; el germen de la literatura de tradición oral anidado en mí.
Me acuerdo de algunas miradas; nunca me desprenderé de su fuerza y significado. 
 Me acuerdo de mi origen, de la ética del trabajo y el compromiso, de avanzar una zancada detrás de otra sin concederme el privilegio de la duda o la fatiga; de pelear por lo que quiero y creo sin desmoronarme jamás; de la cita de Bukowski que preside mi mesa, especialmente del momento en el que dice: "Es una prueba de resistencia para saber que puedes hacerlo. Y lo harás".

¿Ahora los vuestros?


V

6 comentarios:

Itxabe dijo...

Ahora sí, los míos...

Me acuerdo del olor a tierra mojada

Me acuerdo de las navidades en familia cuando era pequeña

Me acuerdo de mi abuelo y de su amor a su familia

Me acuerdo de largas tardes de invierno alrededor de la chimenea con mis amigas o mi abuela

Me acuerdo de mi primera vez

Me acuerdo de mi madre, que hoy es su cumpleaños

Me acuerdo de noches de verano tumbada en la carretera apoyando la cabeza sobre ti.

Me acuerdo cuando aprendí a montar en bici

Me acuerdo de ti

Me acuerdo del mes de junio

Me acuerdo cuando te fallé

Me acuerdo del porqué de todos los ritos que hay en mi vida

Me acuerdo de todo lo que no quiero; así no se me cuela ni uno

Me acuerdo de todas las mujeres valientes que he conocido

Me acuerdo de aquellas sensaciones puras e intensas que solo he sentido una vez

Me acuerdo de la magia de los reencuentros

Me acuerdo que hoy he quedado contigo y que eso hace que mi vida sea mejor

Carmina dijo...

Me acuerdo de mi primer novio, de ese primer beso y del regalo por San Valentín.
Me acuerdo de cuando de pequeña quería ser mayor.
Me acuerdo del olor del camión de mi padre, de dormir en la litera y oír los coches pasar.
Me acuerdo de mi abuelo y de su pasión por la música, sus hijos y sus nietos.
Me acuerdo de las cartas de amor.
Me acuerdo de mis clases de fagot.
Me acuerdo de patinar durante horas delante del chico que me gustaba.
Me acuerdo de mi madre cuando limpiaba mientras escuchaba en el walkman el temario para su oposición.
Me acuerdo de mi hermana y de las horas interminables de confesiones en el wáter.
Me acuerdo de que el día que nos cambiamos de casa mataron a Miguel Ángel Blanco.
Me acuerdo de los dos años de internado en Cheste.
Me acuerdo de la sensación que tuve la primera vez que pinté un cuadro.
Me acuerdo de pagar con pesetas.
Me acuerdo de cuando mis padres me regalaron mi primera réflex.
Me acuerdo de las horas que pasaba con mi mejor amiga y de las tardes de “El último de la fila”.
Me acuerdo de la primera vez que subí en un avión, de la primera vez que fui a Madrid y de la primera vez que viajé sola.
Me acuerdo de la sensación del día en que adoptamos a mi perro.
Me acuerdo de París. De su olor. Del frío y de la noticia que me dieron mientras embarcábamos en Manises.
Me acuerdo del 10 de enero de 2009. De todas las personas y cosas que hicieron de ese día un momento maravilloso.
Me acuerdo de cuando mi mejor amigo me confesó su mayor secreto.
Me acuerdo de estar castigada en el colegio por no comer.
Me acuerdo del día en que conocí a una persona de decisiones acertadas.
Me acuerdo de tenerle miedo al programa de “Quién sabe dónde”
Me acuerdo de escuchar por primera vez “Just Like Heaven” de The Cure.
Me acuerdo de todos los besos de buenas noches.
Me acuerdo de las actividades de grupo.
Me acuerdo de todos mis propósitos de año nuevo.
Me acuerdo del día en que me propuse hacer el camino de Santiago.

Víctor Charneco dijo...

Gracias por vuestros "Me acuerdos"!

Unknown dijo...

Me acuerdo de muchas cosas, pero no de todo… ¡Qué lástima!
Me gustaría recordar cuando estaba en el vientre de mi madre, y de ver su cara cuando nací ¡Pero de eso no me acuerdo!
Tampoco me acuerdo, aunque creo saber que así fue y quisiera recordar, el mimo con que me miraban, aseaban, o incluso retiraban mis suciedades, mi madre, mi padre o mis abuelas…Y a mi hermano mayor mirándome.
Ya voy recordando…

Me acuerdo de las caricias de mis padres y de lo que me decían (cosas importantes para la vida, sí, me acuerdo).
Me acuerdo de que mi padre siempre me decía que nunca exigiera nada a los demás, pues estábamos aquí para ofrecer.
Me acuerdo de mis padres, los dos, que siempre ofrecían todo. Y, de hecho, dieron todo.
Me acuerdo de mis hermanos, con quienes aprendí a jugar, a reñir, a perdonar, a ser perdonado y a respetar.
Me acuerdo de sentir a mi familia, a todos ellos: mis hermanos, mis primas y primos, mis tíos, de todos me acuerdo.
Me acuerdo del colegio (de curas) que, con cuatro años, me recibieron queriéndome tirar del mismo, por haberme atrevido a intentar saber qué llevaban los curas debajo de la sotana (aunque no se consumó el despido). Así que…
Me acuerdo de los curas y de mis maestros, los buenos y los no tan buenos, que entre todos colaboraron con mi familia y me enseñaron a ver el mundo.
Me acuerdo de la primera sensación de amar no correspondida.
Me acuerdo de la Universidad, de los profes y de mis amigos, con quienes aprendí a estar en este mundo y en todo lo que me ayudaron a crecer (claro… ¡eran los años 70!).
Me acuerdo de cuando conocí a mi mujer, y de la sorpresa que me dio cuando dijo que ella también me quería. Y sigue sorprendiéndome con ello.
Me acuerdo de que me quiere y la quiero, y de que es el mayor reconocimiento que me han dado nunca: ser querido por ella.
Me acuerdo de su prudencia y resignación, y de la fuerza espiritual y entrega que tiene para cuidarnos a todos y reconocer las necesidades de los demás.
Me acuerdo de mis hijos, de verlos salir por ese canal tan estrecho, que parece que se haya hecho para que la mujer nunca se olvide de que sufrir es querer.
Me acuerdo de su primera mirada, perdida, de sus balbuceos, de su tacto, de su olor, sus primeras sonrisas, sus primeros pasos, sus berrinches, de tantas cosas…
Me acuerdo de abrazarlos, de quererlos, de enfadarme y regañarlos, y de arrepentirme si he sentido que me he excedido en ello, comportándome como un niño y olvidando que soy adulto. Y, sobre todo, me acuerdo del orgullo de ser su padre.
Me acuerdo de la gran familia que tengo hoy, de mi mujer, mis hijos, mis hermanos, mis sobrinos. Y de mi “familia extendida”, pues…
Me acuerdo de mis amigas y amigos que siempre han estado ahí, muchos de ellos de mi trabajo ¡Increíble…colegas!...son un privilegio, un regalo cotidiano.
Me acuerdo de todos mis afectos, que cuando podía caer me apoyaban, y si caía, me ayudaban a levantarme. De quienes me halagaron y de los que me reprocharon.
Me acuerdo de todas y de todos. De ellas y ellos sigo aprendiendo. No podré olvidar nunca su cariño y amistad.
Y, claro, me acuerdo de que esta mañana brillaba el sol, y aunque sentía frío, estaba feliz por estar aquí y volver a ver a quienes siguen en este mundo y recordar con una sonrisa a quienes no están, y nos sonríen desde algún lugar que aún no conozco.
Y siento que me acuerdo de todo lo que no digo: las sensaciones y emociones que han forjado mis sentimientos, y que desearía no olvidar.

Zoetribaliza dijo...

Me acuerdo de haber visitado paises pobres, y de cómo eso me hizo cambiar la visión sobre el mundo, y las prioridades.

Dra. Flor Berenice Fortuna Terrero dijo...

yo también quiero recordar:
Me acuerdo los sueños que tuve cuando niña.

Recuerdo a mis padres discutir cada día y cada noche y hoy en día continúan discutiendo.
Recuerdo mi primer beso que fue horrible, la peor experiencia de mi vida.
Recuerdo enamorarme por primera vez y pensar que amar era lo correcto.
Recuerdo el sonido del agua caer en un techo de zin.
Recuerdo cuando me case y pensé que hacia lo correcto , mientras mi madre se quedo llorando de tristeza porque lo hice y yo no me daba cuenta.-
Recuerdo cuando ese hombre en quien confié escupió mi rostro por primera vez.-
Recuerdo sus manos en mi cara y en mi cuello cada vez que tomaba alcohol.-
Recuerdo correr por las calles de mi pueblo para que el no me pegue..
Recuerdo la carita de mi bebe al nacer y llenarme de esperanza aunque tenia un mundo sin sentido y pensar que ese mundo en el que vivía por fin tenia una razón para cambiar.
Me acuerdo decirle que no me tocara porque podría quedar embarazada y el hacerlo con violencia y sin yo poder detenerlo.
Me acuerdo con alegría la llegada de mi segundo hijo..que me enseño que podía continuar aunque mi vida fuera un fracaso y tomar con el en brazos la decisión de dejar a ese hombre y continuar sola mi vida.
recuerdo la felicidad que sentía al vivir sola por primera vez, llena de situaciones económicas difícil pero con esperanza en el futuro.
Recuerdo muchas promesas que me hizo mi segundo esposo sobre el futuro que al final fueron mentiras también.
Si aun recuerdo muchas cosas que no he podido olvidar y que aun están allí en mi vida y no he podido olvidar y ante los demás no tengo recuerdos.

y lo peor no me acuerdo de mi madre reír y daría la vida por sentir que ella es feliz..pero se hunde en una gran tristeza y yo con ella...quiero recordar su carcajada, quiero recordar sus sueños...